LA PEDAGOGÍA DE LA ESCOBA
En este tiempo de confinamiento, a los docentes, rectores y padres de familia les asaltan tantas preguntas y les afloran inmensas dudas sobre la efectividad de la escuela sin la escuela.
La "educación preescolar" es la garantía para aprehender las habilidades del futuro, un niño en esta etapa es un científico, su capacidad de asombro es natural, cuestiona, indaga, busca en medio de todos los objetos, aquello indubitable, que seguramente habita en su conciencia, la verdad.
El método científico lo resumo en aquellos pasos estructurados para ir post de la verdad, la ciencia es la herencia que esos niños-humanos traen impregnada en todo su ser, no somos una "tabula rasa" cada niño dentro, trae ese misterioso anhelo de conocer, descubrir y colonizar.
El mundo es un misterio y cada objeto que lo compone un indicio para descubrirlo, por eso su mirada se fija, su concentración se enfoca, sus manos tocan, sus pies sirven de órganos sensoriales, los oídos contemplan el más mínimo sonido, son sujetos de percepción activa, las pequeñísimas partículas del aire al pasar por un rayo de sol son objeto de asombro para ellos, son científicos, nadie lo puede negar.
Toda esa capacidad científica la escuela la debe reconocer y entender, las practicas educativas deberían girar en torno a la potenciación de sus sentidos, al reconocimiento de su cuerpo y al desarrollo activo de él; un niño de 3 años sentado en un pupitre o silla es una imagen dolorosa, es un ciudadano reprimido un ser encarcelado, las pedagogías activas han reconocido en la actividad del cuerpo un aliado para el aprendizaje, libre, autónomo y científico.
En casa los niños pueden usar su tiempo descubriendo el entorno, acompañando a sus padres, creciendo en medio de su primera sociedad.
los padres tienen duda de su capacidad de enseñar, hace siglos le roboran la patente para educar y se la relegaron a la "escuela".
Así como los niños son científicos por naturaleza, los padres son portadores de la cultura y patrimonio social, lenguaje, historia, saberes ancestrales con los que sobreviven a diario, estos elementos les han facilitado la vida a los humanos, esos elementos son los necesarios para la vida, por tal motivo, en estos tiempo de encierro los progenitores aportarían mucho si transmitieran esa riqueza cultura a sus hijos.
¿Cómo hacerlo?
Sabemos que muchos de los padres no estudiaron para ser maestros, los rituales pedagógicos son desconocidos por ellos, pero el instinto de supervivencia es un elemento que puede ser útil; supón que debes buscar la manera de preservar tu prole, y unido a esto deben hacer que ese niño o niña reciba toda la información, conocimientos, practicas, habilidades, principios, valores, actitudes, destrezas, rituales que hay en ti, en esta suposición, estas obligado a dotarle de todos estos elementos, de no hacerlo la especie humana desaparecería, pero hay una condición, no puedes salir de tu casa.
El encierro debe ser humanizado, los elementos culturales de la familia son indispensables para que el neohumano se reconozca, y cultive junto con su familiares el maravilloso placer de la vida.
Usa tu instinto apreciado padre o madre, usa la vida cotidiana, todos los objetos de tu casa son herramientas pedagógicas, son elementos para el aprendizaje:
ejemplo A BARRER LA CASA.
¿Sabes cuantas habilidades se desarrollan al barrer?
¿has pensado que es una actividad solidaria, de sentido de pertenencia? has dilucidado que mientras barre sus muñecas se mueven en varias direcciones y ello le esta preparando para la escritura (Motricidad).
¿puedes entender que el niño al barrer debe buscar minuciosamente la basura? mente científica, la observación.
¿y si le narramos en una pequeña historia, lo que pasaría si no barriéramos?, la colonización de cienpies, cucarachas, grillos, hormigas sería una realidad, y ellos nos atraerían enfermedades.
¿y si... investigamos después de barrer que enfermedades, virus o bacterias transmiten estos pequeños seres?
Querido padre o maestro, al barrer el niños hace un reconocimiento de su hogar, sitúa las cosas, sentido de ubicación, organiza y reorganiza, además esta actividad cotidiana lo hacen sentir como un sujeto cooperante, importante, una actividad dignificante.
Maestros, no se preocupen por teorizar a los niños la vida, más bien usen el instinto educativo para incitar a los padres a participar del proceso de enseñanza de sus hijos, hagan que los padres en sus actividades de vida practica involucren a los niños, no como una actividad escolar si no como una actividad de la vida necesaria para ser felices.
Alberto Vidales
Escribeme albertoya43@gmail.com