El termino Subversión en Colombia es un tabú, un país carcomido por la corrupción y la violencia, sumido en el monopolio de grandes multinacionales, ideologías y estratagemas impuestas por el gran sistema impositivo del norte, con una clase de dirigentes políticos que durante más de 200 años han quebrantado la voluntad de un pueblo, articulando la educación con políticas que sirven a los fines de unos pocos y no engendran el bienestar del pueblo en su mayoría humilde y de escasa voluntad por quebrantar los modelos estatizados y amordazantes del imperio del consumo.
Aquí, ser subversivo, representa una amenaza contra la hegemonía política, neoliberal, una locura para el modelo inquebrantable que tacha de "loco" rebelde o desertor, al que elige hacer las cosas diferentes para obtener resultados distintos (Eisten), es una obstrucción fatal al condicionamiento sistemático que ha trasversalizado la historia del pueblo, no solo colombiano sino latinoamericano.
Subversión, implica, saltan el muro, romper las cadenas, desafiar el orden supuesto, amenazar lo sacro, increpar a la historia y enfrentar los fantasmas de los años que aun ejercen poder en las conciencia de los neo-ciudadanos.
Subversivo fue el cavernícola que salió de la cueva, levantó su cabeza para mirar la inmensidad del orbe; subversivo fue el que gritó a la maraña de injustos compañeros que el mundo no eran las sombras inhóspitas puestas para entretener los sentidos, éste estaba más allá, en realidades eternas e inacabables, el mundo no era sesgado, limitado e inmutable.
Subversión es tener la oportunidad de re-invertir lo estático, renovar la realidad, asumir el rol de transformador y no actuar conforme a una seudo-ética que represente el bien de unos pocos.
La subversión quebranta el limite de la indiferencia, de lo convencional, da trascendencia a los actos humanos, vitaliza y da inmortalidad a la belleza de la filosofía que no es más que el descontento por lo que presupone no generar preguntas.
Es una acto de heroísmo, de insurrección que despoja del poder al dictador y democratiza la vida construyendo una urdimbre social inquebrantable.
la terquedad es la característica especial del subversivo, quien insiste tanto por universalizar su espíritu libre y claro que termina entregando todo, imaginándolo todo y desplegando una gama enorme de oportunidades como la baraja de un naipe, para quienes ostenten como él una obstinada terquedad, que lo haga sojuzgado a su conciencia.
El maestro debe ser el subversivo ilegal e increpador de la ralea que inhibe la educación en nuestro país, y de paso a la realización plena del espíritu humano de cada estudiante.
Incito a la desobediencia, promulgo la rebeldía, convoco a una revolución burlona que haga eco contra la infamia estatista que ha convertido a la educación en una incubadora de hombres de poca conciencia, pervertidos en sus fines naturales, coartados en su pensar.
Llamo al desorden...
Luis Alberto Vidales- Col.
Albertoya43@gmail.com.
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