miércoles, 22 de abril de 2020

LOS NIÑOS NO LOS TRAPOS


DEDÍQUESE A LOS NIÑOS MAS QUE A SUS “TRAPOS”
NO SON LOS UNIFORMES, SON LOS NIÑOS

8 claves para potenciar la felicidad en los niños

Me disculparan los rectores y directivos de las entidades educativas a quienes valoro y admiro, pero este apunte lo hago impulsado por consultas de padres, maestros y estudiantes ante la situación que muchos colegios están exigiendo uniforme para recibir clases virtuales.

Estamos en una crisis social,  esta situación nos afecta a todos, sin lugar a duda, los niños aunque no lo expresen son los seres más vulnerando en este tiempo de pandemia, porque antes podían salir a jugar al parque, ahora  tienen que estar confinados en su casa, tal vez a la sombra de un adulto que poco los valora o los comprende.

Teniendo en cuenta lo anterior, el relato educativo debe mirar la profundidad del problema y no irse por las ramas, y un uniforme es la rama; que el niño no se ponga un uniforme no le quita al proceso educativo, recuerden, directivos y docentes la idea no es que la casa se vuelva el colegio, la casa sigue siendo el hogar, el nicho de identidad el lugar donde el niño es hijo; la identidad  se logra no uniformando cuerpos, si no generando cambios de paradigmas en los estudiantes para que estos lleven con altura el nombre de su institución.


Hay muchos problemas que abordar: las metodologías, la eficiencia del sistema, la captación de la atención del niño, la salud mental de la familiar, las capacidades que tienen los docentes para afrontar esta situación, la generación de cercanía en medio de la lejanía, la mediación del conocimiento con lo virtual, el auto-esfuerzo, el autoaprendizaje, la autodisciplina, la resilencia, el aprovechamiento del tiempo en casa, el pensamiento crítico, la capacidad de análisis, la repercusión del desempleo en la escolaridad del niño, sus miedos, frustraciones, sus emociones… 

Son muchos los problemas como para que ahora estemos debatiendo algo tan simple, tan insignificante como es el portar o no un informe en casa; vayamos más allá de lo simple, generemos a los niños la sensación de bienestar, de consuelo, que el momento educativo sean un desahogo para él, no le quite más libertad, bastante le quitan con no dejarlo desplazarse o salir a compartir con sus pares.

Los niños felices en casa serán adultos más sanos

Las restricciones en este momento generan más desagrado y estrés, docentes y directivos, olviden esas trivialidades y dediquemos a lo más importante a los niños y no  a sus “mechas”  ¿o acaso verlo sin uniforme le da la sensación que ha perdido el poder sobre él? Si es así re-valore su vocación de maestro.
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Uniforme su corazón de alegría, entusiasmo, fe, animo, colóreele la existencia de esperanza, píntele su encierro con brochas que destilen paisajes repletos de ternura,  haga que se ponga las gafas del futuro, que use los miles de sombrero para pensar, déjelo que sea niño, que sea él.  

Pensemos más en el niño y menos en nuestro convencionalismos. 

Alberto Vidales

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