domingo, 19 de junio de 2016

MAESTRO, ENSEÑA CON UNA SONRISA



El verdadero Maestro enseña con una sonrisa.




Ha llegado al salón de clase, observa  allí sentados 3  decenas y media de mentes absorbidas, por la tecnología o el sueño residual del primer día de la semana.

ha pasado el domingo en el que compartieron con amigos, familiares o simplemente descansaron, día en el cual la única desdicha fue imaginar que pasada la noche llegaría la mañana y tendrían que ir de nuevo aquel lugar donde durante 5 días a la semana sacrifican sus sueños, amordazan sus gritos y enlutan sus esperanzas. 

Otros miran sin mirar, hablan si hablar, apenas y se les ven sus pupilas, sus cuerpos enroscados parecen figuras de papel apretadas fuertemente con la mano y  puestas encima de un pupitre.

Cuadernos sin abrir, libros sin leer, palabras que no salen de las bocas, es lo que percibe al entrar al campo donde como todos los días llega con su corazón dispuesto a dar.

Al instante, aún sin dirigir ni una palabra a ese público ausente, lleva su mano derecha a la cabeza, ciñe sus cejas y nota como el auditorio no tiene ni 00,1 motivo por el cual estar en ese lugar; un par de moscas vuelan  por el recinto, una cartelera vieja con los nombres y fechas de cumpleaños está pegada en el lado derecho de un tablero, verde de madera, en el que después de cada clase quedan miles de partículas de clarión (por su color claro), ósea, partículas de  tiza, palabra náhuatl tizatl que significa tierra blanca. 

A la espalda de los asistentes una pared de color no descifrado, puesto que la adorna cantidad de dibujos, algunos grotescos,  otros  sarcásticos y uno que otro  mensajes  tierno. Estos últimos son declaraciones de amor entre “ellos”:

Sindy me gustas, Carlos eres Sexiii, Lauris me encantan tus piernas, “que rico besarte” “foquio men” Luis perdóname 1992, los amo promo 1998, “natys te amo” “carlos besame”  “los amigos son X100pre” “Kis me you” “yo amo a vero”.

Entre los dibujo visibles están los siguientes diseños: penes de varios tamaños, una vagina con piernas que simula huir, una  calavera con sangre en sus maxilares con mirada penetrante y terrorífica, una mujer desnuda de pie, con las piernas cruzadas fumando un largo cigarro, una flor con pétalos de colores, amarillo, rojo, morado, unas nubes oscuras hechas con lápiz de carbón, un letrero en la parte más alta que dice “once los mejores”. Y finalmente al extremo izquierdo una frase con marcador negro y letra Timoteo que dice “si en el salón no se duerme, en la casa no se hacen tareas

Por un momento siente que todo se detiene, en medio de los allí presentes, observa en la última fila del pasillo pegado a la pared a un joven que introduce el dedo meñique en la nariz, al sacarlo lentamente, lleva pegado  un moco de color verdusco y café, lo mira,  su boca intenta ir hacia él, pero se contiene.

Los segundos pasan,  van corridos  46 desde que entró al recinto y todo parece ser  tan frío, oscuro, triste, desolador, monótono, que no le queda más que agachar un poco la cabeza, la menea  mirando a  su zapatos,  lo más curioso es que su asombro, impotencia y paciencia se reflejan en su rostro por medio de una bella sonrisa, acompañada de unos ojos cálidos y tiernos, una mirada que refleja  sabiduría. Y es como  inicia un día de clase el señor Antonio maestro de Filosofía del instituto Severiano buen día.  Continuará… 


( Luis Alberto Vidales)

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