LO QUE SIENTE UN NIÑO CUANDO ES VIOLENTADO EN EL COLEGIO
Y de repente, suena el timbre, ese
estridente sonido, avisando que culminó el episodio de ciencias naturales, la
hora más larga, aguda y monotemática, el profe vocifera entre palabras cortadas,
busca hacerse entender en medio de una manada de zombis que lo único que
anhelan es salir, hacer fila en la cafetería, pedir una empanada que destile
grasa y en medio del bullicio y la jocosidad juvenil tragársela como lo hacen
los leones hambrientos con su presa.
No quería salir del salón, es
obvio que Andrés estaba pendiente de mí, necesitaba los 5.000 pesos que me dió
mi mamá para mecatear, siempre me los arrebata y dándome un empujón los mete en
su bolsillo a vista de muchos y en el silencio de todos, hoy no será así, en el
salón me quedo, porque mis pesitos me los dejo para mí, prefiero aguantar
hambre, no respirar el aire fresco de la mañana, y someterme a una suspensión
por quedarme a solas en el salón.
Estos 20 minutos son eternos,
pienso que entrará por esa puerta con su mirada malhumorada, sus ojos llenos de
fuego a hostigarme, a disparar agravios contra mí, a burlarse de mi gordura e insultar
a mi madre, a recordar que ella tiene que lavar baños y limpiar pisos para darme
cinco mil miserables pesos.
Sudo, mi respiración se agita,
quiero esconderme tras la puerta del salón, quiero camuflarme en medio de los
mapas que reposan en el esquinero, quiero gritar de miedo, deseo infinitamente
no estar aquí, solo, sin nada, me siento atrapado en un laberinto, en un océano
de voces que me recuerdan lo difícil que es ser diferente, pobre, gordo, bruto,
andrajoso y feo, el tiempo parece que se detiene, mis manos tiemblan, mi
corazón se agita, el temor carcome mis deseos y la soledad invade mi corazón,
empuño con fuerza mis cinco mil pesos, hoy serán míos, y de nadie más, hoy doy mi vida por ellos.
Por fin. Los veo llegar, son mis
compañeros, se acabó el descanso, lo logré, son míos.
Luis Alberto Vidales Holguín.
Cruda realidad, gracias por compartirmela. Feliz y bendecida noche
ResponderEliminarSon realidades que aveces invisibilizamos
EliminarSi a veces lo peor se fragua en el silencio
ResponderEliminarcompletamente de acuerdo
EliminarAbsoluta certeza... Problemática difícil de abordar pero sobre la cual hay que actuar.
ResponderEliminarSiempre se debe actuar, no hacerlo implicaria un acto de complicidad
EliminarTriste realidad para muchos chicos. Por eso desde el entorno educativo debemos observar todas las situaciones a nuestro alrededor, no dejar pasar por alto chanzas entre compañeros, educar desde el respeto, tolerancia y responsabilidad para con los demás.
ResponderEliminarAveces normalizan estos comportamientos o simplemente los legalizan para ejercer poder y control
EliminarGracias por compartir
ResponderEliminarCon gusto, siempre atento a sus comentarios
EliminarGran reto en la educación y la primera infancia que marca huella en la historia de niños y niñas. El construir con ellos la innvación y la creatividad es el camino de la tranformación de la educación
ResponderEliminarSiempre debemos caminar con ellos, ser luz en medio de su camino, para ayudar a superar sus miedos y tristezas
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